martes, 1 de mayo de 2018

-¿Dónde paras? -En el sitio.

Ese lugar estaba en medio del infierno.
Generación tras generación fuimos los oradores y pensadores reuniéndonos y sin querer hicimos un templo. Los agnósticos fuimos a rezar a una barra de bar, barcos que llegan infestados de sirenas, bailes a la pata coja, brindis a destiempo, venían desde muy lejos.
Reventaron la puerta de atrás y entraron armados hasta los dientes,
en un rato lloraban como críos por una mujer, y lloraban, se desangraban por cómo tocaba.
Ahí dentro éramos más humanos, dentro del cuerpo destrucción de la humanidad,
tráfico de sentimientos, tómate el medicamento.
A las 6 de la mañana
ocurre algo especial,
no me parece tan grave morirme, dejar mi nombre escrito en un taburete,
ir hasta el coche con la manada, montarnos en él y estrellarlo,
total, estemos o no ahí fuera amanecerá.
Con seis hijos de puta menos.
Hacer billetes hasta del amor y de la muerte. Jugar con la gravedad.
Yo no vivo pa' los demás.
Se jodan los demás.
Se joda la simbiosis.
Una vida entera con la pillaera.
Estoy riendo en un piso franco mientras fuera se declara la tercera.

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