jueves, 25 de mayo de 2017

Experimentación animal

No conoces mis límites.
Hazte un favor y cállate.
Si sabes donde dar es porque yo te lo muestro. Simple.
No me conoces.
No me conozco ni yo, no sé dónde esta el límite.
Una personalidad así, todo el rato, con eso convivo.

Esos putos aires de superioridad,
creyendo agrandarte intentando limitarme a mi.
Te partía la cara,
te mordía la boca después.
Me dan ganas de gritarte que no tienes ni puta idea, pero me limito a no quitar la mirada.
Si de verdad conocieras algo sabrías lo que esconde una mueca en mi cara.

Cazador cazado en su propia trampa y todavía no te has coscado.

Tengo la posición privilegiada y te veo dentro del laberinto,
perdido sin saberlo.

Una acción mia, bajo la coartada de ser una respuesta a una acción tuya,
genera una reacción en ti inmediata e inconsciente, más que predecible para mi visión estratoférica del recorrido.

Un ratón, en un tubo de ensayo, un hamster, corriendo en una rueda.
Empiezas a salivar si como Pávlov
yo hago sonar la campana.

Es más simple de lo que imaginas, pero tan simple y fino el filo de algunos pensamientos, que por tu filtro mental tosco como un colador se te cuelan y no puedes verlos.
Tú estate espabilao'

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