viernes, 26 de mayo de 2017

Pisando mis huellas.

Pasa y cierra después.
Desfoga la decadencia.
Curada de espanto,
descarnada,
más cruda y desnuda volveré sobre las huellas que ahora piso.

Te tacharé de infame, te veré tras el cristal y te pondré en primera fila entre todos mis demonios mirándome de frente.

O si quieres te llevo lirios cuando llegue febrero, si quieres me vacuno, y me mantengo inocua a tu recuerdo.

O bien le pongo tu cara a cualquiera que juegue conmigo,
sabiendo que ese juego es nuestro,
que ese juego está en tu cabeza, lleva tu piel y tu marca.
Reventarnos o aprender a volar, acelerar y burlar a la parca.

Podría dejar de dormir, de soñar, de comer y besar, podría quitarme del vicio, y hasta podría rezar.

Te echo flores,
te quito la corona de espinas y te pongo medallas.
Por cuatro monedas, yo te niego tres veces.

Te regalo un llanto.
Te agarro del pelo.
Te guardo un silencio.
Te canto un bolero.

Si quieres te espero en el borde, si tardas muriéndome.
En la azotea elíptica del tiempo bailando sobre la cornisa 6-6-6

Si quieres me imputo y me condeno, me pongo los grilletes, y luego con más calma mientras cuento los barrotes me invento una trama.

Puedo vender el alma,
puedo liarla, meterla de tres sin mirar,
amenazarte, hacerte llorar, incluso bloquearte de facebook e instagram.

Mira, si quieres te quiero, muevo yeyo, me como una manzana dos veces por semana sin ganas de comer.

Te parece si te escribo algún disparate,
si me toco pensando en tu coño,
en tu culo y tu escote,
o mejor me desdudo y voy a buscarte.

Tan solo me quedan
síndromes de abstinencia,
adicción a los suspiros a centímetros de tu boca,
cefalea, taquicardia,
un lirio en mi almohada, frío en la ventana,
una mirada tatuada en el alma.
Me dijiste no dejes nada que ahora sientas para mañana.

Aqui no hay inocentes.
Sólo enfermos mentales separados, juntos locos felices.
Tú y yo habríamos firmado ese contrato miles de veces.

Tan solo consumirnos en una cama.
Como Tangana apostarnos la salud, el orgullo, la pasta, la vida..
Por un puto síndrome de estocolmo.

Y lo sabías. Y lo hacías más divertido y adictivo cuanto más loco.

jueves, 25 de mayo de 2017

Experimentación animal

No conoces mis límites.
Hazte un favor y cállate.
Si sabes donde dar es porque yo te lo muestro. Simple.
No me conoces.
No me conozco ni yo, no sé dónde esta el límite.
Una personalidad así, todo el rato, con eso convivo.

Esos putos aires de superioridad,
creyendo agrandarte intentando limitarme a mi.
Te partía la cara,
te mordía la boca después.
Me dan ganas de gritarte que no tienes ni puta idea, pero me limito a no quitar la mirada.
Si de verdad conocieras algo sabrías lo que esconde una mueca en mi cara.

Cazador cazado en su propia trampa y todavía no te has coscado.

Tengo la posición privilegiada y te veo dentro del laberinto,
perdido sin saberlo.

Una acción mia, bajo la coartada de ser una respuesta a una acción tuya,
genera una reacción en ti inmediata e inconsciente, más que predecible para mi visión estratoférica del recorrido.

Un ratón, en un tubo de ensayo, un hamster, corriendo en una rueda.
Empiezas a salivar si como Pávlov
yo hago sonar la campana.

Es más simple de lo que imaginas, pero tan simple y fino el filo de algunos pensamientos, que por tu filtro mental tosco como un colador se te cuelan y no puedes verlos.
Tú estate espabilao'

sábado, 20 de mayo de 2017

Yihad


El poder de
abrir puertas que nadie abre.

Racimos de palabras olvidadas en un cajón.

Fue culpa mía.
Te mentí.
Algo te mentí cuando te dije adiós.
Pero te juro que nada fue en vano.
Poner punto y final después de un te quiero, es cruel y brillante, es justo.
Nunca te he mentido. Me mentí a mí.
Pensé con el corazón, con la cabeza y
con mi especie de don.
Y no fallaron.
El corazón me avisó de que se me iba a escapar de las manos, quisiera o no.
La razón me decía que frenara.
Que tú no venías desnuda y desarmada, guardabas dudas como balas bajo la piel.
Y ese ojo clínico que no se equivoca, me gritaba que quiza eras tú la persona que sin querer buscaba, pero que fallaba yo, no estaba preparada para devolverte la suerte y la fortuna que mereces.
Te lo dije muchas veces.
Te lo dije.
Ojalá en otro momento, en otro lugar..
No he dudado ni un segundo
ni estando contigo ni sin ti de que eres casi perfecta para mí.
Que puedes cambiarme por dentro.
Que puedo enseñarte mi secreto.
Que tú y yo podemos parar el tiempo.
Pero jugabas sucio con tus miedos y tu caos, y yo iba a entrar a jugar y a pasarte por encima.
Guerra sucia, suicida y tóxica.
Lo sabías.
No es esa forma de vida la que quiero.
Aunque en el fondo te lo pidiera a gritos.
Necesito avanzar.
Tú sabes más de lo que muestras.
Tú sabes que mi mirada no miente ni mis palabras tampoco.
No supimos reaccionar.
No me miraste a los ojos y me dejaste ver todo eso que escribías, eso que me decías que sentías.
Me hubiera quedado seguramente errando.
No me arrepiento de nada.
No tienes ni idea de lo que para mí supones ¿sabes?
de lo cerquita que estás siempre, estás siempre en todo lo que me gusta.
No hay culpables porque aquí no hay víctimas.
Y mira que ha llovido desde entonces.
Y si quiero me sigues removiendo como el último día que estuviste.
Porque todo eso sigue intacto.
Porque no existe nada malo.
Culpa del tiempo y el espacio.
¿Sabes que es paradójico?
Que tú vomitas palabras explicativas en un folio, y me las dejas, esperando que calmen, y yo hago lo mismo pero me las guardo, y todo dentro y fuera se silencia cuando clavas tus ojos en los míos. Ahí somos dos niños. Solo hay verdad.
Cuando nos miramos me queda todo claro.
Sobran las palabras como la primera noche del resto de nuestras vidas cruzadas.
A ti no hay quién te borre, ni te nuble ni te apague.
Luz.
Sé que no me equivoqué porque aún no estando contigo,
quiero que rompas los muros,
quiero que le des esa luz y esa oscuridad a quién lo merezca,
quiero que veas tú y que vea todo el mundo lo mismo que vi yo.
Desde ese momento de comunión entre tus ojos y los míos,
yo podría recordarte quién eres por si lo olvidas.
Me da pena que tú no sepas quién soy yo.
Fliparías si estuvieras dentro de mí,
fliparías con mi castigo y mi virtud.
Si supieras de que está hecho mi mundo, la cantidad exacta de contradicciones,
o la profundidad de mis viajes interiores.
No te quedes en la superficie,
no te dejes llenar de pretextos,
da ese paso.
Lo siento si te hice daño en algún momento,
el universo es sabio,
tanto el placer como el daño es mutuo.
No sé si fui cobarde o valiente,
pero sé que yo hubiera apostado, puede que solo por hacerme el heroe.
La eternidad siempre parece demasiado, una vida juntas me habría bastado.
Para mí lo que fuera "lo nuestro" siempre fue secundario,
yo siempre miré por ti.
Eso se parece al amor.
Pregúntate.
¿Podrías decir lo mismo tú?