Entendamos que el ser humano es la proyección que hace de uno mismo,
el reflejo que no existe para que lo mire nadie, se esconde de uno mismo..
lo que trasmite al mundo en silencio.
Tantas veces he querido buscar el eslabón perdido fuera,
tantas veces escribimos a mujeres,
lunas, y derroches, y solo es una excusa.
Tú que presumes de ser lógico y ateo, haces de tu religión a la mujer, a la droga, al delito,
al tiempo, a tus amigos, tus vínculos.. cualquier religión busca a un Dios,
Dioses para que cuando las cosas
no vayan tan bien
siempre tengas a quien culpar,
y el culpable nunca vista tu misma piel.
El mismo Dios te convence de la plenitud, de lo supremo.
Te dice que es sentirse lleno.
Te da el caramelo para ganar el derecho de quitártelo.
Lo que quiero decir es que sufrimos, en silencio tendidos sobre la cama,
acostados boca arriba cualquier noche, en parte por puro placer, en parte por necesidad,
que lloramos, con todo el cuerpo, y con el alma,
y vaya si sufrimos, pero no. Es racional. Es inventiva propia. Hablo del letargo que tiene el dolor como sufrimiento.
Incluso del dolor sin más.
Lo real es que todo lo que sentimos es proyectado por nosotros mismos,
todo lo que es, es de dentro a fuera.
Y fuera es la excusa, porque necesitamos encontrarle un trayecto y un por qué a lo que emerge y se proyecta.. creemos necesitar contestar ciertas preguntas sin aparente respuesta al alcance, cuando si nos preguntamos a nosotros mismos es porque realmente la respuesta siempre estuvo adentro. Creo que el veneno y el antídoto siempre está adentro. Creo que lo que te duele va contigo, nace de ti, es parte de lo que eres, igual que lo que crees que te salva, y te eleva. Lo de fuera es pura aritmética. Es el juego, la vida, es carne y azar.
Es mucho más fácil pararse un rato
cada dia a morir, y sufrir, hasta llegar a ver partida nuestra vida en dos por alguien, por algo, que analizar el real mecanismo de lo que eres, abrir puertas, asimilar que uno es tan solo el egocentrismo de lo que es para sí uno mismo. No hay más. Un circuito cerrado en forma de pensamiento antropológico egoísta, una espiral, una rueda de hamster, perooo no hay que temer, contamos con que la mente es infinita, puede llegar a voltear los ojos en sus propias cuencas y asi conseguir observarnos a nosotros mismos, estudiar el mecanismo y la estrategia, jugar con la materia, llegar a conocerse y anticiparse, esa es la virtud del hombre.
O vives mártir de tu condición humana, haces poesía, te metes hasta el fondo, caminas preguntándote continuamente a dónde vas, deshaces el nudo, y luego lo vuelves a liar, vives repleto de preguntas, te paras, retroceso, vuelves a pisar tus huellas, cambias tu tiempo por miradas, por fragmentos de vidas ajenas, y firmas por añorar todo esto después, o vives sin vender tu corazón, tan solo un gran amor propio, calculando el siguiente paso, siguiendo un reflejo cromado de uno mismo, dejando por el suelo los vínculos, la sensación de sangrar cuando es otro el que está herido como una droga de la que huyes, eres el segundo de tu lista justo después de ti mismo, disfrutas pero le pones final, sabiendo que un día todos sacos de huesos bajo tierra, sabiendo que muertos tengamos mucho más que ver.
La suerte, la existencia de mil encuadres con millones de ángulos, múltiples prismas para mirar con los ojos cerrados.
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