jueves, 10 de septiembre de 2015

Solo crecer

Dicen "Escribir es coserle cremallera a una herida"

De pequeña, como con 7 años, escuché en una libreria algo que no supe contestar en aquel entonces con ojos de niña, había gente hablando de letras y filosofias y grandes musas del destape, alguien lanzó unas cuestión dejándome a mi helada, preguntó en voz alta: "¿De quién es la herida?" Dejó la pregunta en el aire, literalmente podíamos casi verla, y el resto de personas se quedaron con una media sonrisa en la cara, gente que se sorprende de que algo les sorprenda y esbozan esa sonrisilla de reducirlo todo a un simple juego de palabras divertido sin más. Mi madre también sonrío. Yo me lo tomé a pecho, tampoco lo sabía, pero no quería pasar del tema, debía encontrar la respuesta, por eso me fui a casa pensando.. Y todavía aun lo pienso a veces.
¿La herida infligida a quién pertenece? ¿Al que la porta o al que la descarga contra otro?
Entendamos herida como daño.
Hay una lógica común que dice que el daño es de quién lo lleva, porque lo sufre.. Pero el que lo hace es conocedor del daño antes que nadie, matando y destruyendo ciertos valores para crear la herida y asumir el papel antes que nadie, primero la soporta quién va a herir, es así. La herida es de quién la hace. Porque el daño que te hacen otros, al final, se borra en medida de lo que ese mismo dolor te hace avanzar cuando lo superas. Pero el daño que es propio, de uno mismo, ese no te deja avanzar, ni dar un pasito siquiera. ¿Para que obligarte a vivir, a luchar por alguien que no te gusta, por alguien a quien no puedes perdonar? Nadie nace loco ni nace para ser "el malo". El dolor mal gestionado los ha convertido en eso. Al final desistes y la herida invisible detrás de tus mismas entrañas te come las migajas y destruye el camino de vuelta, de ida.
Pero a la persona que la lleva, le hizo avanzar, es propiamente suya, ella es lo que hoy es por la herida del pasado que es suya y claramente de nadie más si a nadie más le sirvió de algo.. nadie estuvo en su cabeza cuando se gestaba esa transformación del daño en fuerza.. Creo que ejercer de agresor, te lleva de paseo turístico arrastrado por el infierno y eso te da alas, y ganas, y pautas para salir de alli, siempre hacia arriba, así que también acaba curtiendo porque simplemente, no te puedes morir dos veces. Pero creo que volver a vivir sí. Entre tantas formas de suicidarse poco a poco y en silencio, creo que el único sentido ya es vivir, ni siquiera ponerte a pensar en ser feliz, eso trata de saber convivir con lo de dentro, y lo de fuera.
Vamos.
La herida es necesaria.
Para el que la hace.
Para el que la tiene.
Porque los papeles se intercambian y la dualidad se mezcla con la sangre.
La persona herida es su propio heroe, se convierte en agresor consigo misma, comienza a auto-educarse, a crear unos pilares fuertes, y deja mostrar la parte más autodestructiva para después poder construir algo que por fin, no se caiga.
No hay nada más fuerte que la superviviencia.

La persona que hiere no puede coger el arma homicida sin herirse, es su propio esclavo, otra cosa es que le importe más o menos, eso tiene que ver con la autoestima, si no te juzgas, ni te exiges, ni te creas, tú no te importas. Tienes un problema. Quizá se hiera mucho más profundo de lo que él mismo imagina, puede llegar a verse en un espejo y ver al enemigo, un ser convertido en vengador, como un pobre rey destronado. Y la parte más autodestructiva hace su función, te destruye el daño y la propia vida te regala una vida más. Y tú te encargas de saldar la cuenta viviendo, y de llevar cuidado contigo mismo que tu puta vida te sale a devolver, y no sabes si de la siguiente te levantas. Después de reedificar, tú tambien necesitas que no se caiga, para no perder la fe. Para continuar.

Puedo decir que a mi me han herido, y he herido.
Y que son dos cosas distintas pero iguales.
Que solo se trata de crecer.

Y que la herida es de los dos, y de nadie. Porque lo que fuisteis desde ese momento ya no lo sois, caminos seccionados, aunque seguis la misma trayectoria hacia arriba.
Yo pienso que la herida, el daño, pertenece al tiempo y al espacio, y es un pedacito muy chico de gloria, de lo que los dos ahora sois, de lo que fuisteis y de todo lo que os queda por ser.
Os retroalimentais.

Pena que esto no se puede contestar con ojos de niña.